Mes: septiembre 2015

La aceptación como pieza clave para poder vivir con una enfermedad crónica.

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enf cronica6 Cuando una persona recibe la noticia de que padece una enfermedad crónica, es decir, que no tiene curación, pueden existir muchas reacciones acompañadas de diferentes sentimientos como pueden ser: sorpresa, negación, miedos, tristeza, desesperanza, desánimo, cansancio, pesimismo…

A partir de ese momento aparece una nueva vida marcada por el compás de la enfermedad, yo siempre lo explico de la misma manera: “Existe un muro que parte nuestra vida en dos: en un antes y un después, porque una enfermedad crónica nos va acompañar durante el resto de nuestras vidas”. En ese inicio solemos sentirnos perdidos, por la incertidumbre porque no sabemos lo que nos ha traído y lo que nos deparará esa enfermedad. Muchas veces, ese sentimiento puede aparecer desde el primer contacto o en los contactos sucesivos que vamos a tenemos con los distintos profesionales sanitarios que nos trataran en nuestro recorrido por el sistema sanitario. En la mayoría de las ocasiones, para llegar hasta el diagnóstico certero de que padecemos tal enfermedad requerimos de varias visitas médicas ya sean en el hospital o en los centros de salud ya sea por nuestro médico de familia o por otros profesionales de la salud. Requerimos de la sucesión de múltiples pruebas para ir descartando otras enfermedades y de ser atendidos por distintos médicos especialistas, que a veces trabajarán de una forma descoordinada porque que cada uno de ellos verá un aparato o sistema de nuestro cuerpo pero nunca la globalidad de una persona bio – psiquico – social.

enf cronica4En ese instante de tiempo nos sentimos como una pelota o una peonza, de un lado hacia otro…, cada uno de los profesionales que te han tratado anteriormente te refiere que puede ser tal o cual cosa, y un día te ves perdido en medio del pasillo del hospital, que no sabes por donde tirar o si salir de allí corriendo o echarte a llorar.

Tras todo ese espacio de tiempo llega, el diagnóstico, la forma de comunicártelo depende de cada profesional y de sus dotes de comunicación. Tras el diagnóstico aparece un camino de miedos, desesperanza, tristeza, incomprensión, de renunciar a muchas cosas que antes hacíamos y que ya no podremos hacer más y todo ello con una peor calidad de vida. Pero eso, no tiene que ser así, nosotros podremos mejorar la situación a través del afrontamiento de la enfermedad que padecemos.

enf cronica2Y los profesionales sanitarios deberían de asimilar que cuando a alguien le dan la noticia de que padece tal o cual enfermedad que no tiene curación, tienen que aprender a no sólo darles información que traslada los tratamientos o la posibilidad de luchar mejor frente a la enfermedad sino de ser capaces de dar instrumentos que pueden ser transferidos desde otras personas que ya han padecido la misma enfermedad o desde las asociaciones de pacientes. Todo ello para que esa persona se enfrente con las menores incertidumbres posibles a la enfermedad. Y los profesionales sanitarios tenían que grabarse la frase del Doctor Gregorio Marañón: «Hay que buscar más al hombre en la enfermedad que la enfermedad en el hombre. Cada enfermedad es un mundo, pero lo es porque cada hombre es diferente de los demás, en tanto que la enfermedad es siempre igual a sí misma».

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La manera de reaccionar que tienen las personas ante la enfermedad crónica depende de muchas cosas, entre las que hay que resaltar tres de ellas:

– La primera es la severidad, la gravedad o la pérdida de calidad de vida que nos produce la enfermedad. A mayor gravedad o pérdida de calidad de vida tendrá un mayor impacto sobre nuestra vida tanto a nivel físico, psíquico y social.

– La segunda es el apoyo social de que dispone. Si se está dispuesto a pedir ayuda y cuenta con apoyo de iguales, que padecen nuestra misma enfermedad, como pueden ser el caso de las asociaciones o de otras personas ya sean profesionales o no que nos den un apoyo informal, será más llevadera la enfermedad.

– La tercera condición es la personalidad que tenía la persona previa a la enfermedad. Si la persona es positiva y tienen ganas de luchar y enfrentarse a la enfermedad, el impacto a nivel físico, psíquico y social será menor.

enf cronica5Enfrentarnos a una enfermedad crónica es todo un reto porque nunca sabemos hasta donde somos capaces de llegar como personas, son experiencias que no conoceremos hasta que la vida no nos pone en esa situación. Para nosotros será una nueva experiencia y todo un aprendizaje. Con ello debemos de aprender una nueva forma de vivir y ver la vida, todo ello estará marcado por la limitación y la incapacidad que nos genera nuestra enfermedad.

Unas de las formas es bajar los listones que marcan nuestras metas y expectativas de vida e intentaremos convivir con la enfermedad de la mejor forma posible. Sabemos que la enfermedad no va a desaparecer, dado que es crónica, será como una especie de mochila que se cargará sobre nuestra espalda.

enf cronica7Esta tarea, la aceptación de la enfermedad, no resulta fácil porque no existen soluciones mágicas y que en gran medida depende de nosotros. Porque nada que merezca la pena en la vida suele resultar fácil, pero por ello no se convierte en una tarea imposible. De nosotros depende que valoraremos nuestra vida de una forma más positiva, todo pasa por aceptarla y evitar poner más barreras que las propias que ya nos impone nuestra enfermedad.

En cierto momento escuche de un paciente experto y formador de la Escuela de Pacientes que ya había aceptado su enfermedad y que sabía vivir con ella: “Que cada enfermedad nos viene a enseñar algo nuevo en nuestras vidas”. Y lleva toda la razón, porque la vida es un continuo aprendizaje, todos los días aprendemos algo nuevo que nos marca o nos condiciona en nuestra forma de afrontar el reto de la vida. La enfermedad es una escuela de valores porque nos enseña muchas cosas que desconocíamos. Nos ayuda a conocer de que todos somos vulnerables en ciertos momentos, porque a cualquiera le puede pasar esto, nos daremos cuenta de que no pasa nada por depender un poquito de alguien y por necesitar ayuda. Las personas cuando padecemos una enfermedad grave, ya sea en el mismo transcurso o cuando ya la hemos superado, normalmente nos cambia para mejor. Nos hace ser mejores personas, somos más considerados con los problemas de los demás, porque aprendemos a sufrir y a luchar contra el sufrimiento humano. Por tanto, la vivencia de la enfermedad nos permite hacer esa transformación humana para ser mejores personas frente a nuestras familias o seres queridos, hacia entornos o frente a la propia consideración de la autoestima y de la vida. Esa manera de aprender de la enfermedad es algo que debemos de compartir con las demás personas afectadas por nuestra misma enfermedad, porque compartir es sumar y sumar experiencias a nuestra vida.

Si revisamos los múltiples estudios sobre la calidad de vida de pacientes crónicos que se encuentran publicados en la literatura científica, todos ellos hablan que la aceptación de la enfermedad es un elemento clave para mejorar y que gran parte del éxito de los tratamientos para paliar, controlar y mejorar los síntomas de la enfermedad radica ahí.

enf cronica8Todas las personas que padecemos enfermedades crónicas atravesamos por varias fases en el proceso de asumir y de aprender a vivir con la enfermedad. Algunas personas se sienten vulnerables, confundidas y preocupadas por nuestra vida personal, laboral y familiar que toma un giro imprevisto y muy distinto al que habíamos planeado con la llegada de la enfermedad. Otro grupo de personas, dan un giro a sus vidas con un enfoque fanfarrón, ya que no reconocen que le pase nada o que algo lo esté afectando.

Otras personas se decepcionan y se autocomplacen, pensando que son victimas de algo no merecido, pasando por una autocompasión y falta de aceptación, encontrando injusto lo que le ha pasado, preguntándose ¿porqué a mi? y enfadándose en primer lugar con ellos mismos y posteriormente con la gente a la que quieren. Estos sentimientos forman parte del principio del proceso de “afrontamiento”. Cada persona reacciona de una forma diferente, pero todas las reacciones son completamente normales, por el impacto emocional sufrido.

enf cronica3Pasado este impacto, comienza el proceso de afrontar la enfermedad y todo lo que nos trae de nuevo a nuestras vidas, aprendiendo cosas de la enfermedad. La mayoría descubrimos que “el conocimiento es poder”, porque sentiremos que podemos tomar más control sobre la enfermedad e ir un pasito más hacia adelante, alejando los temores, tomando las riendas de la situación, incorporando a nuestros días el tratamiento que efectuamos y toda aquella ayuda extra que nos permita sentirnos mejor. Todos esos conocimientos nos ayudarán a cuidarnos y a mejorar nuestra calidad de vida. Nos harán más responsables de nuestra salud y autónomos porque hemos aprendido a querernos, valorarnos y cuidarnos. También provocará una disminución de nuestra dependencia de los servicios de salud y de los profesionales sanitarios. La enfermedad es una oportunidad que nos permite que nos conozcamos mejor a nosotros mismos, crecer como personas y encontrar una fortaleza interior que en mucha ocasiones ignorábamos.

enf cronica9aMuchas veces buscamos esa información en los profesionales, pero también podemos encontrarla contada por personas que padecen nuestra misma enfermedad, es decir, de nuestros iguales. Ellos hablan y se encuentran en el mismo nivel en el que nos encontramos nosotros. Utilizan el mismo lenguaje sin tecnicismos, se pueden poner en el lugar del otro porque han pasado por sus mismas o por situaciones similares, entienden todas las dificultades que origina la enfermedad. Y en ese medio de tu a tu se hace posible el intercambio de conocimientos y experiencias sobre el manejo de la enfermedad. Con ello aprenderemos que los que nos pasa a nosotros les ocurre a más personas, que no somos bichos raros y nos vamos a sentir comprendidos gracias al apoyo de nuestros iguales. Y en ese espacio de encuentro aparece la oportunidad de contactar y ayudar a otras personas que padecen nuestra enfermedad con nuestros conocimientos, experiencias y sentimientos … Y esa ayuda desinteresada nos hará sentirnos mejor persona con respecto a los demás y más satisfecho con nosotros mismos.

La clave del éxito está en desempeñar un “papel activo” en el deseo de recuperar totalmente o parte de la calidad de vida perdida y a partir de ahí podremos salir victoriosos.

Ser Paciente Experto o Activo

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pacienteexperto Mi nombre es José Raúl Dueñas Fuentes, soy enfermero de Atención Primaria y quisiera utilizar este blog para contar mi experiencia como profesional formador de la Escuela de Pacientes y lo que he aprendido de la formación entre pacientes, en el que pacientes formados, es decir, pacientes expertos o activos enseñan a otros a vivir mejor con su enfermedad.

He trabajado como profesional formador en doce Aulas de Fibromialgia de la Escuelas de Pacientes de Andalucía en diversas localidades de la provincia de Jaén como en varios talleres del manejo del dolor crónico o de la Promoción de la Salud Sexual para Personas con Enfermedades Crónicas. Soy un gran defensor de la figura del paciente experto, también denominado e-paciente, paciente empoderado o paciente activo. Desde mi consulta de enfermería todos los días recomiendo páginas webs como de comunidades o foros de pacientes, con el fin de que mejoren su calidad de vida y su grado de autonomía.

¿Qué es una enfermedad crónica y las repercusiones que origina en las vidas de las personas afectadas por las mismas?

Una enfermedad crónica cuando llega a la vida de una persona, siempre origina un punto de inflexión donde siempre hay un antes y un después, porque la vida cambia de forma radical. Las enfermedades crónicas no tiene curación, no existe un tratamiento que la cure y la elimine de nuestras vidas. La enfermedad crónica será una mochila cargada a la espalda de la persona que la padece o como aquella cadena que encadena las piernas, que limitará nuestra calidad de vida y nos invalidará en mayor o menor medida según el tipo de enfermedad.

La primera cosa que tenemos que hacer cuando estamos afectados por una enfermedad crónica es asumir que tenemos la enfermedad, es la gran piedra angular para poder mejorar o recuperar parte de nuestra calidad de vida perdida. Pero poder asumir que padecemos una enfermedad crónica es un largo camino que no resulta fácil. El inicio es cuando cualquier profesional sanitario nos comunica que padecemos una enfermedad crónica, ante la noticia aparece en primer lugar un rechazo y el pensamiento de que esto no me puede estar sucediendo a mi. La persona empieza a sentirse perdida porque no sabe lo que le está pasando, cómo le pueda afectar la enfermedad en el futuro y qué cosas puede hacer ella o los demás para mejorar su calidad de vida. Se preocupa por lo que le está pasando y afloran los sentimientos de desconcierto, desorientación y de incomprensión. Mil y una ideas pasan por la mente de la persona afectada porque no sabe lo que tiene y desarrolla el miedo a vivir con la incertidumbre de no conocer de cómo la enfermedad le podrá afectar en el futuro. Eso provoca el no querer asumir la enfermedad, porque unas de las peores cosas de la vida es no saber lo que nos está pasando.

Pienso que en esa etapa es vital la suma del apoyo de los profesionales con el apoyo de los iguales, es decir, personas afectadas por la misma enfermedad, porque ambas actuaciones son complementarias. Porque donde no llega el profesional o el sistema sanitario puede llegar el apoyo de otro paciente. Porque un paciente puede trasmitir apoyo, escucha, comprensión porque ha pasado por la misma situación, ánimo, y de ahí el gran mérito que tienen todas las asociaciones relacionadas con la enfermedad.

Los pacientes necesitan información para conocer el desarrollo de su propia enfermedad, qué cosas deben de hacer para mejorar su calidad de vida y para poder tomar el control de su propia enfermedad. Con el conocimiento que le reporta tanto la información suministrada por el profesional como la de otro paciente y junto a la vivencia diaria con la enfermedad hará que la persona se convierta en una experta de su propia patología. Esta formación también posibilitará que puedan tener un papel más activo y más partícipe en su salud, y así poder responder a las expectativas de muchos ciudadanos que desean tener más participación y control de la enfermedad. Porque la salud y la enfermedad no se pueden dejar totalmente en manos de otra persona, cada persona debe de ser partícipe y responsable de su salud, enfermedad y autocuidado, a través de conocer qué hay que hacer para mejorar.

Hay que aprender que cada persona es única, que en la vida existen diferentes etapas y hay que vivirlas con optimismo, porque la enfermedad también puede ser una oportunidad para aprender a vivir de una forma distinta, haciendo aquellas cosas que antes no hacíamos y asimilar la verdadera esencia de vivir.

Hay que aprender a vivir el día a día con la limitación que origina la enfermedad y dejar de pensar en lo que te pueda hacer sufrir en el futuro, porque el futuro se construye con el presente. También resulta importante aprender e interiorizar en que hay que eliminar los sentimientos de autoculpa que pueden aparecer por padecer una enfermedad, porque en muchas ocasiones no depende de nosotros. Tenemos que intentar tener el control de nuestra salud, porque ella depende de nosotros / as y no está totalmente en los demás.

¿Qué es un paciente experto o activo?

Un paciente experto o activo es aquel paciente que sabe que el es el principal responsable de su salud, decide cuidarse, y tiene las habilidades, la motivación y la confianza para hacerlo y quiere formar y ayudar a otros pacientes que padecen su misma patología crónica siempre en colaboración con un profesional sanitario para garantizar la fiabilidad de la información suministrada, observando, orientando y si fuera necesario aclarando las dudas que surgen no solucionadas por los pacientes expertos.

Los pacientes expertos o activos tienen mucho que enseñar a otros pacientes, incluso a los propios profesionales sanitarios, a quienes pueden enseñar la cara oculta de la enfermedad, la experiencia de ser paciente, como pueden ser los miedos, los temores, los deseos, lo que les hace sentir mejor y lo que no.

Los pacientes expertos o activos intercambian conocimientos y experiencias sobre el manejo de su enfermedad crónica con el resto de pacientes asistentes en las diferentes sesiones formativas del programa, siendo los responsables de las intervenciones educativas y cuentan con la supervisión de un sanitario como he mencionado anteriormente.

Las personas que acuden a los talleres formativos encuentran a pacientes expertos o activos. Y el éxito de la formación entre iguales, es decir de paciente a paciente, radica en que ambos hablan el mismo lenguaje, sin utilizar tecnicismos, que pueden ponerse en su lugar porque han pasado por sus mismas situaciones, que entienden sus dificultades a la hora de seguir un tratamiento, aspectos que los profesionales de la salud nos resulta más complicado porque hablamos desde la ciencia y no desde la experiencia de ser paciente.

Y con la intervenciones educativas se trata de conseguir unos pacientes más informados, expertos en su vivencia o enfermedad, con mayor autonomía y autocontrol por parte de la persona que padece una enfermedad crónica, más activos y participativos en el proceso asistencial y en la asistencia sanitaria y una mayor responsabilidad en su salud porque para mejorar su salud y calidad de vida debe de llevar a la práctica distintos autocuidados.

Ya nadie pone en duda este nuevo papel que asumen los pacientes y desde las diferentes estrategias o modelos de atención a los pacientes crónicos que han ido apareciendo en las diferentes comunidades autónomas ponen énfasis esta figura. Entre los beneficios que aporta la educación en autocuidados entre pacientes que han sido investigadas por la Universidad de Stanford como en los diferentes trabajos de investigación destacan los siguientes: incremento de la autoestima y de la confianza, incorporación del manejo de hábitos de vida saludable, disminuye el número de visitas tanto a los médicos de AP, médicos especialistas y urgencias, mejora del cumplimiento terapéutico, reducción del número de depresiones y disminución del número de bajas laborales.

Los programas de educación de autocuidados a cargo de personas no profesionales o también conocidos como paciente experto o activo, usan materiales escritos y audiovisuales atractivos, fáciles y legibles para cualquier paciente. Las primeras experiencias de los programas de pacientes expertos se llevaron en el Servicio Nacional Británico de Salud (National Health Service) y en la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford (EEUU), donde Kate Loring lleva más de 20 años utilizando estos programas con enfermos crónicos de artritis, artrosis, diabetes, esclerosis múltiple, obesidad, enfermedades cardiacas, pulmonares, cáncer, etc.

En la actualidad en España contamos con 14 diferentes iniciativas o programas de pacientes expertos:

La Universidad de los Pacientes (iniciativa de la Universidad Autónoma de Barcelona junto a la Fundación Biblioteca Josep Laporte).

Forumclínic – Programa interactivo para pacientes es una iniciativa del Hospital Clínic de Barcelona.

El Programa del Paciente Experto es una iniciativa de la Universidad de Stanford en colaboración con la Fundación Educación, Salud y Sociedad de la Comunidad Autónoma de Murcia.

El Paciente Experto Cataluña es una iniciativa del CatSalut.

La Escuela de Pacientes es una iniciativa de la Escuela Andaluza de Salud Pública.

Osasun Eskola o Programa paciente activo del País Vasco es una iniciativa del Servicio Vasco de Salud – Osakidetza.

La Escuela de Salud y Cuidados de Castilla y La Mancha es una iniciativa del Servicio de Salud de Castilla la Mancha – SESCAM.

La Escuela Cántabra de Salud es una iniciativa de la Consejería de Salud del Gobierno de Cantabria.

El Aula de Pacientes de Castilla y León es una iniciativa de la Consejería de Salud de Castilla y León.

La Escuela Gallega de Salud para ciudadanos es una iniciativa del Servicio Gallego de Salud – SERGAS.

El Programa Paciente Activo Asturias es una iniciativa de la Escuela Asturiana de Salud junto a las Escuelas Municipales de Salud.

El Programa PACIENT ACTIU es una iniciativa de la La Consejería de Sanidad de la Generalitat Valenciana.

La Red de Escuelas de Salud para la Ciudadanía es una iniciativa del Ministerio de Sanidad.

La Red ciudadana de formadores en seguridad del paciente es una iniciativa del Ministerio de Sanidad.

En la foto aparecen Ana Almazán Ruiz y Antonia Campos Campos dos pacientes expertas o activas en fibromialgia entregando un diploma a una paciente que había participado en un Aula de Fibromialgia la Escuela de Pacientes.